jueves, 25 de julio de 2013

Santiago


Sentarte un jueves 25 de julio por la mañana en el escritorio. Acordarte de la cafetera maravillosa que tienes y prepararte un café lungo. Volver al escritorio, encender el ordenador y leer Twitter como si de un periódico se tratase. Es un día triste, desde luego, todos lo sabemos.

Me gustaría dar el pésame a las familias de las víctimas del accidente ferroviario en Santiago de Compostela. Pero es este un blog de crítica social, o al menos eso intento, así que ahí va.

No sé si os habréis enterado, pero nuestro maravilloso presidente del Gobierno ha mezclado dos informaciones en el pésame que pensaba retransmitir a las familias de las víctimas del tren de alta velocidad. En ningún momento se han retractado, simplemente han eliminado la información añadida y copia y pega, el método fácil y cómodo. Cuando un Gobierno, sea del país que sea, es incapaz de editar correctamente una información en un tema tan serio como el que supone un accidente de las características del que sufrieron ayer en Santiago, es que algo no solo se hace mal, sino garrafalmente mal. Claro, yo no me siento decepcionada, puesto que no he llegado a depositar mi confianza en los percheros que hoy día nos gobiernan, y a aquellos que en pos de nuestros derechos hemos cedido parte de nuestra libertad, pero me parece una gran ofensa tener que aguantar tantos errores, tantos, y en tan poco tiempo, que suman una cifra astronómica en dos años.

Tenga cada uno su parecer, sean buenos días o no.

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