viernes, 15 de noviembre de 2013

Aquí he de volcar todo aquello que creo que ha de ser visto, leído y tomado en consideración. Ahí va una de esas cosas que merecen la pena, a mi parecer.

Ayer España dio a luz, o más bien, regurgitó a trece históricos de ETA, dos violadores reincidentes, un GRAPO, y un preso común. Me pregunto si, viéndome en el caso de tener que hacerlo, si alguno de ellos muriera misteriosamente, se me toleraría tal crimen con la misma impunidad con la que se hace en el caso de ellos mismos.

Yo denuncio, por tanto, esta supresión de sus condenas como el mayor acto delictivo cometido en la historia, y tú, Obama, que sé que lees todo lo que escribo en las redes sociales y que te tengo frito con tanta revolución del pueblo, no sé como, teniendo el poder que tienes, y albergando en las leyes de tu país la pena de muerte y la cadena perpetua, como has podido permitir que se insulte a tus aliados. El error es nuestro por confiar en tu piel negra, ya que los nuevos negros no son negros, son aquellos que su sentimiento es negro. Así pues, habiendo sufrido tanto como ha sufrido tanto la raza blanca como la negra, creo firmemente que deberíamos hacer algo para eliminar toda esta basura nauseabunda que nos ahoga en la sociedad.

En comparación con esto, las calles de Madrid huelen a rosas, lo que huele mal y empieza a apestar es el sistema.

miércoles, 2 de octubre de 2013

To die is not an option

Ya que había que renovarse o morir, lo suyo era renovarse. Nadie daría cuatro duros por un amor adolescente, ni muchos si te ha roto el corazón. Además, no me lo merezco. Cuando te preguntan como lo llevas, de repente se reabre esa pequeña llaga que has ido sellando con otras actividades o personas que te saquen del túnel en el que te has quedado encajada. Pero ya no lloras, no. Ahora simplemente te quejas, de por qué tenía que ser así, si no había otra solución, y mil cuentos más que no vienen al caso.

Yo, en mi lugar, habría y he decidido renovarme. Pienso que me merezco no solo una, sino mil oportunidades más. Y podrá parecer narcisista, pero en el momento en el que no solo te dejan ser libre, sino que sabes que realmente lo eres, se despliega ante ti un abanico enorme de posibilidades y de opciones para tu día a día, que, si en un principio son un método de defensa personal contra los malos pensamientos y las depresiones, poco a poco se van haciendo un hueco dentro de ti, y llegas a querer que no desaparezcan de tu vida.

Siendo así, vengan pues todas las sorpresas que estén por llegar, que las cartas certificadas no siempre llegan, y las que no lo están, llegan, aunque se extravíen, aunque cambies de domicilio, aunque te den por muerto, pero siempre llegan, porque morir, no es nunca la mejor opción.



sábado, 28 de septiembre de 2013

Renovar o morir

Siempre que uno deja de escribir se debe a algo, sea una mala racha, sea pereza, sea lo que sea. Tener una mala racha es mala suerte, mantenerla por tiempo ilimitado debería estar recogido como delito en el código penal, y desaprovechar la oportunidad de darle forma a las palabras condenado a pena de muerte. Por eso mismo, allá vamos.

- ¿Estás mejor?
- No.
- ¿Y cuándo vas a estar mejor?
- No lo sé.
- Pues yo te noto más tranquila, ya no lloras a diario, y no te debes a nadie, salvo a ti misma. Y nunca debiste deberte a nadie, por mucho que lo quisieras.


Pues no. Ya no más. Puede que cueste deshacerse de algo, pero cuesta más desprenderse de alguien, más si ha influido el tiempo. Y tienes que rehacerte, y cambiar costumbres, y buscar planes para esos ratos que ya estaban predispuestos de por sí, o que al menos tú, tenías siempre predispuestos. Porque la vida es una sola, y pasa rápido, y quizá, por conformarte con menos de lo que mereces, no llegues a conocer lo que estaba a punto de llegar, esperando que cruzaras la esquina de la calle. Quien sabe cuantas esquinas hacen falta para que eso ocurra, pero estoy segura que una vez que se ha tocado fondo, lo único que te queda, y que, más que eso, supone una obligación, es levantarse, aunque sea de rodillas, y renovarte, renovar o morir.


jueves, 1 de agosto de 2013

Comparecer o parecer, esa es la cuestión

Hoy es uno de agosto, y a todos, al que más y al que menos, a ninguno se nos escapa que se ha acabado julio. Sí, ese primer mes de verano, caluroso como ninguno. Y parece un mes de estos que pasan en blanco, sin dejar huella, pero esto no es del todo cierto. En este mes han pasado varios acontecimientos. Uno de ellos el trágico accidente de Santiago, del cual os puedo asegurar no sabremos la verdad, pero tampoco podemos olvidar que siempre hay un culpable, más bien varios. También los atropellos a los que se nos está sometiendo continuamente. Y por eso, hoy, uno de agosto, nuestro Presidente del Gobierno, y digo nuestro, porque hay que compartirlo todo, lo bueno y lo malo, se ha dignado a salir de su apariencia de plasma de cuarenta y dos pulgadas y ponerse traje y corbata para humillarnos ante el Senado. 

Es vergonzoso que hayamos legitimado una calumnia andante, como es este gobierno y su camarilla de tiburones. Rubalcaba, a su vez, pide la inmediata dimisión del Presidente, alegando que nos ha mentido. Digo una vez que no hay mentira ninguna en todo lo que dice, ya que es perfectamente legítimo el atraco que estamos presenciando. Lo han legitimado, en primer lugar, aquellos que despreciando la oportunidad de votar lo dejaron a un lado aquel veinticinco de noviembre de 2011, porque había cosas más interesantes que hacer, o porque no apetecía salir de casa. Rubalcaba tiene la culpa porque es calvo. Rajoy tampoco era interesante, había perdido dos veces contra en de la ceja, y bueno, iba a salir igualmente. Pero existe una herramienta de opresión, a la cual llamo ''mayoría absoluta'', que contempla esa Constitución con la que solo se identifican aquellos que tenían voz y voto en el año 1975. Yo aún no tenía edad para votar, pero me acuerdo que me fui al cine, y cuando volví, ya habían abierto la caja de los truenos, o como la llamaría Bárcenas, la caja B de los truenos. Pude ver como España se teñía de un intenso azul añil, y de como las gaviotas que llevaban tiempo al acecho, salían sin temor ninguno a los balcones a celebrar la victoria de las hienas. 

¿Qué quiero decir con esto? Que tenemos lo que nos merecemos, que nadie se había parado a pensar por qué era tan importante la labor de aquellos que murieron por darnos un derecho que hemos dilapidado sin pararnos a pensar un minuto, y que lo vamos a pagar, el precio está aún por determinar, y sin sumarle el IVA.

jueves, 25 de julio de 2013

Santiago


Sentarte un jueves 25 de julio por la mañana en el escritorio. Acordarte de la cafetera maravillosa que tienes y prepararte un café lungo. Volver al escritorio, encender el ordenador y leer Twitter como si de un periódico se tratase. Es un día triste, desde luego, todos lo sabemos.

Me gustaría dar el pésame a las familias de las víctimas del accidente ferroviario en Santiago de Compostela. Pero es este un blog de crítica social, o al menos eso intento, así que ahí va.

No sé si os habréis enterado, pero nuestro maravilloso presidente del Gobierno ha mezclado dos informaciones en el pésame que pensaba retransmitir a las familias de las víctimas del tren de alta velocidad. En ningún momento se han retractado, simplemente han eliminado la información añadida y copia y pega, el método fácil y cómodo. Cuando un Gobierno, sea del país que sea, es incapaz de editar correctamente una información en un tema tan serio como el que supone un accidente de las características del que sufrieron ayer en Santiago, es que algo no solo se hace mal, sino garrafalmente mal. Claro, yo no me siento decepcionada, puesto que no he llegado a depositar mi confianza en los percheros que hoy día nos gobiernan, y a aquellos que en pos de nuestros derechos hemos cedido parte de nuestra libertad, pero me parece una gran ofensa tener que aguantar tantos errores, tantos, y en tan poco tiempo, que suman una cifra astronómica en dos años.

Tenga cada uno su parecer, sean buenos días o no.

miércoles, 24 de julio de 2013

Después de un año sin escribir nada, vamos a remodelar un poco este espacio y a dedicarnos a cosas más interesantes. Pondré un artículo que envié hace un par de meses a 20 minutos, del cual desconozco si se llegó a publicar, y después me pienso si hacer crítica social es constructivo. Ahí va, lectores :)

UNA CAZA DE BRUJAS

Una caza de brujas puede sonar a algo mitológico, fantástico, exótico, propio del mundo de los sueños y la fantasía. Quizás también nos pueda parecer algo propio de tiempos pasados, lejanos, en los que la superstición se daba como la cosa más normal del mundo, en el que una acusación por parte de cualquiera era tenida en cuenta cual si fuese palabra de Dios y nadie se atreviese a decir ‘’esta boca es mía’’. En la actualidad, hemos rememorado ese concepto y lo disponemos como ejercicio de justicia, valorando aquello que nos parece moral, lo que no nos lo parece, y lo que, muy de lejos, nos espanta y horroriza. Por esta misma razón, hoy día, perseguimos todo aquello que no nos parece correcto, perseguimos al rebaño, en busca de esa oveja negra que estropea al resto, que les comunica la verdad. Esa oveja negra somos todos, todos los que, por alguna razón, decidimos no pensar como el resto, y no aceptar lo que nos imponga aquel que tiene autoridad, que se le ha dado por el rechazo dirigido hacia uno de sus derechos fundamentales, como es la libertad de expresión y opinión. Si la autoridad dice blanco, más vale que sea blanco lo que pienses y lleves a cabo, porque o es blanco o es negro, no hay término medio. De esta caza de brujas son víctimas todos aquellos que se niegan a ser estafados mediante medidas anticrisis como son el famoso ‘’euro por receta’’, la subida de tasas universitarias, la reforma sanitaria, etc. Son situaciones que tenemos que aceptar o de lo contrario, mal nos va a ir en la vida. ¡Qué se le va a hacer! Son los tiempos que nos tocan, pensemos en otros que hace años no tuvieron bocado que probar y sí múltiples raciones de escaparate y olfateo, quizá era lo único que estaba al nivel de sus posibilidades. Esas brujas que se niegan a pagar el euro, que no se resignan ante la subida de tasas, que siguen saliendo a la calle en un nuevo año, aún sabiendo que no hay vuelta atrás, son las únicas que pueden hacer algo para salvarnos del abismo, en el que estamos perdiéndonos a pasos agigantados. Pensemos pues, solo así podremos parar la caza de brujas, y pidamos inteligencia, en vez de banalidades, si no es así, la persecución se seguirá cobrando víctimas acusadas de brujería.