Muchas veces me lo he planteado, y nunca he encontrado una respuesta. Ahora, a mis dieciséis años de edad, sigo sin saberlo. Y es que las personas inmaduras como yo, no saben nunca lo que quieren, ni siquiera se plantean el mañana, sólo el presente, pero tampoco saben cómo actuar en el presente.
La vida se basa en dos pilares; familia y amor son imprescindibles. Algunas veces tu propia familia te limita el otro pilar e intenta destruirlo. Para algo estamos nosotros, para defenderlo y sostenerlo sobre sí mismo.
Necesito esto como reflexión de mi propia existencia. Hace un tiempo parecía que me había encontrado a mí misma, pero no era verdad, sólo una visión en todo mi abismo.
Y seguir haciendo daño a las personas que te rodean. Aunque tengas sentimientos, esa dureza interior te impide continuar, y todo por tu propia inseguridad. Me gustaría encontrar esa paz interior que todo el mundo busca y muy pocos encuentran. Quizá entonces, cuando sepa confiar en mí misma, sea capaz de confiar en los demás y entregarme a la gente que me quiere. Lástima que todavía no la halla encontrado.
Muchas veces, tu corazón habla y tu boca lo calla. Calla ese sentimiento de insatisfacción que tanto daño te hace por dentro. Me gustaría callar mi boca y dejar que hablara él a veces, quizá todo iría mejor de ese modo.
Lo único que no quiero es perder todo por lo que he luchado en este tiempo, lo que amo, y por lo que daría la vida si hiciera falta. Hay veces que las personas a las que amas te duelen más que tus propias heridas, y yo sé de sobra que si alguien intenta herir a lo que más quiero, no estoy segura de lo que sería capaz de hacer. Cualquier cosa, enloquecería, histérica, gritando hasta desgañitarme, porque es lo que siento, y la gente dura también tiene sentimientos, pero yo no sé demostrarlos. No lo suficiente. Quizá ese sea mi mayor problema.
Necesito hacer una búsqueda interna para saber cómo actuar en ciertas ocasiones. Todo esto lo reflexiono yo en mi mente, pero soy incapaz de abrirme, incapaz de no hacer daño con mis acciones y no con mis palabras.
El lenguaje todavía se controla, los actos no, y el subconsciente menos. Quiero que calle mi boca y hable mi corazón...
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