miércoles, 24 de julio de 2013

Después de un año sin escribir nada, vamos a remodelar un poco este espacio y a dedicarnos a cosas más interesantes. Pondré un artículo que envié hace un par de meses a 20 minutos, del cual desconozco si se llegó a publicar, y después me pienso si hacer crítica social es constructivo. Ahí va, lectores :)

UNA CAZA DE BRUJAS

Una caza de brujas puede sonar a algo mitológico, fantástico, exótico, propio del mundo de los sueños y la fantasía. Quizás también nos pueda parecer algo propio de tiempos pasados, lejanos, en los que la superstición se daba como la cosa más normal del mundo, en el que una acusación por parte de cualquiera era tenida en cuenta cual si fuese palabra de Dios y nadie se atreviese a decir ‘’esta boca es mía’’. En la actualidad, hemos rememorado ese concepto y lo disponemos como ejercicio de justicia, valorando aquello que nos parece moral, lo que no nos lo parece, y lo que, muy de lejos, nos espanta y horroriza. Por esta misma razón, hoy día, perseguimos todo aquello que no nos parece correcto, perseguimos al rebaño, en busca de esa oveja negra que estropea al resto, que les comunica la verdad. Esa oveja negra somos todos, todos los que, por alguna razón, decidimos no pensar como el resto, y no aceptar lo que nos imponga aquel que tiene autoridad, que se le ha dado por el rechazo dirigido hacia uno de sus derechos fundamentales, como es la libertad de expresión y opinión. Si la autoridad dice blanco, más vale que sea blanco lo que pienses y lleves a cabo, porque o es blanco o es negro, no hay término medio. De esta caza de brujas son víctimas todos aquellos que se niegan a ser estafados mediante medidas anticrisis como son el famoso ‘’euro por receta’’, la subida de tasas universitarias, la reforma sanitaria, etc. Son situaciones que tenemos que aceptar o de lo contrario, mal nos va a ir en la vida. ¡Qué se le va a hacer! Son los tiempos que nos tocan, pensemos en otros que hace años no tuvieron bocado que probar y sí múltiples raciones de escaparate y olfateo, quizá era lo único que estaba al nivel de sus posibilidades. Esas brujas que se niegan a pagar el euro, que no se resignan ante la subida de tasas, que siguen saliendo a la calle en un nuevo año, aún sabiendo que no hay vuelta atrás, son las únicas que pueden hacer algo para salvarnos del abismo, en el que estamos perdiéndonos a pasos agigantados. Pensemos pues, solo así podremos parar la caza de brujas, y pidamos inteligencia, en vez de banalidades, si no es así, la persecución se seguirá cobrando víctimas acusadas de brujería.


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